McKenzie Lee necesitaba un fontanero de urgencia

Cuando a una mujer se le atascan las tuberías el primero que llegue será quien se las desatasque. El marido de McKenzie Lee no estaba en casa y ella tuvo una urgencia, ya nos entendéis, así que utilizó el viejo truco de llamar a un fontanero de urgencia para que «la atendiera». Su suerte fue que no fue solo un técnico, si no dos, y además eran dos negros con dos rabazos como la copa de un pino. Parecía que la puta estaba poseída comiendo pollas mamando una y otra para ponerlas duras y que luego entrasen hasta el fondo de su coño. El destino quiso que su esposo llegase justo cuando ya le había sacado la leche a los dos sementales. ¿¿¿Dónde coño se meten los hombres cuando se les necesita???.